viernes, 11 de mayo de 2012


 “LOS  OFICIOS  DESAPARECIDOS EN LA UNIÓN”

                                    
Por Salvador Saura Vivancos

En la anterior revista presentamos el oficio más emblemático que se ha desempeñado en la ciudad de La Unión, el de minero. En la presente trataremos de dos oficios de los muchos  que estuvieron vinculados con la minería: constructores de chimeneas mineras y fabricantes de maquinaria para la minería.
     
 CONSTRUCTORES DE CHIMENEAS MINERAS


 Fotografía sacada del periódico La Verdad, de Murcia. 7-10.1978.

               En la Sierra de Cartagena-La Unión, especialmente en los montes desgajados de la misma, se levantaron decenas de chimeneas para las explotaciones mineras.

Unas tenían forma de pirámide cuadrangular truncada y otras, la mayoría, de cono truncado. Se construyeron con dos finalidades: o bien, para extraer los humos desprendidos por las calderas de las máquinas de vapor que se encargaban de hacer bajar y subir las jaulas que pendían de los castilletes, también, para hacer funcionar los martillos perforadores; o bien,  para expulsar los humos de los hornos donde eran fundidos los minerales. Todas aquellas chimeneas de la Sierra Minera que tienen cerca una caseta de extracción pertenecen al primer tipo, cuando están solas, corresponden al segundo.
En la construcción de una chimenea se empleaban unos tres o cuatro meses y se requería el trabajo de cuatro obreros a lo sumo. Se utilizaban ladrillos cortados en distintas medidas, desde cincuenta centímetros hasta quince, pasando de cinco en cinco. El diámetro de la base venía a ser de algo más de un metro y éste se iba estrechando hasta llegar a su final en menos de la mitad, unos cuarenta y cinco centímetros aproximadamente. Además del ladrillo, los obreros utilizaban como materia de unión la argamasa (mortero), mezcla de arena, cal y agua. El trabajo lo hacían ascendiendo por el interior a través de unos andamios con hierros y maderas, en las zonas más altas mediante escalerillas de hierro, donde eran frecuentes los accidentes provocando, en los  trabajadores que los sufrían, numerosas contusiones y fracturas.
En la entrevista publicada por el periódico La Verdad (7-10-1978), Félix Alcaraz  Benavente manifestaba que se sentía orgulloso de que le llamaran “El Chimeneas”, apodo con el que también era conocido su padre - José Alcaraz Alcaraz - y su abuelo, por tratarse de los que levantaron buena parte de las chimeneas que salpicaron la Sierra Minera, consiguiendo algunas de ellas perdurar hasta nuestros días.
En la actualidad, tras ser derribada en el 2003 la chimenea ubicada en la mina  “ Ocasión”, sólo quedan en pie dieciséis. Éstas se encuentran en los siguientes lugares: mina “Lo Veremos,1”, mina “Trinidad”, mina “Ntra. Sra. de Montserrat”, mina “San Isidoro”, zona de “La Parreta”, mina “Camarón”, mina “Francisco Javier”, mina “Oportunidad”,  la fábrica “Roma” de El Descargador, zona de “El Lazareto”, cercanías de “El Lazareto”, huerta de “Juan Martínez Conesa”, cerca de la pedanía de Portmán, detrás del muelle de  la “Pescadería” de Portmán, cerca de las “Casas Baratas” de Portmán,  mina “San Juan Bautista” y mina “Telémaco”.
Todas estas chimeneas están declaradas por Ley de Patrimonio Histórico Español de 25 de junio de 1985, al igual que el resto de artilugios y construcciones mineras de la Sierra de Cartagena-La Unión, como Bien de Interés Cultural.



Chimenea fundición de Roma

Chimenea de la mina “Trinidad”.



      En la parte superior, aparece la chimenea de la mina  “Montserrat

  


Chimenea de la mina “Lo Veremos 1”.


















              
                                                             Base de la chimenea de la fundición Roma


FABRICANTES DE MAQUINARIA PARA LA MINERÍA
Maquinista de Levante. 1898. Foto perteneciente a la colección de José Luis Adorna Bueno

Miguel Zapata (El Tío Lobo), con el fin de abastecer de tecnología el gran imperio que tenía en la Sierra Minera de Cartagena-La Unión, en 1890 levanta la Maquinista de Levante en el espacio que, en parte, ocupaba la fundición de San Luis, hasta entonces, regentada por Bernardo Santamaría.
En la factoría se llegó a fabricar todo tipo de maquinaria destinada a la explotación minera: castilletes  metálicos, piezas de la máquina de extracción, calderas, motores eléctricos, grupos horizontales y verticales de 30 cm3, bombas centrífugas… Para ello contaba con varias salas y talleres: mecánica y caldera, electrotecnia y bobinado de motores, bombas de lodos, fundición, carpintería… En la fábrica llegaron a trabajar más de 350 operarios.
Patentó la fabricación de las bombas centrífugas “Levant”, llegando a producir 250 anuales, no sólo para la minería de la zona, también se vendieron por todo el territorio nacional, pues su rendimiento (35l/s a una profundidad de 325 m) la convirtió en una de las mejores de España.
No es de extrañar que los ingenieros y operarios del “Taller”, como cariñosamente llamaban a la factoría, alcanzaran justa fama, llegando a ser muy considerados en el gremio de la industria minera. El primer ingeniero fue Antonio Beltrán Borrell, le sucedieron Felipe López Morales, Alberto Collado Ruiz, Antonio Doncel, Joaquín García Stañ, José Crespo… Entre los operarios distinguimos: Antonio Martínez (maestro fundidor), José Bastidas (maestro maquinista), José Sanes, Alfonso Navarro Egea, José Méndez García, Alfonso Díaz (Fotos Díaz), Jerónimo Heredia, Antonio Torralba, Bernardo Sedano, Antonio y Fernando Planillas, Juan Ros, Manuel Blázquez, Juan Gambín, Salvador Molina, Víctor Saura, Ramón y Policarpo Pagán, Carmelo Zamora, Andrés y José Cazorla, Nicolás Salmerón, Juan Pedro Rubio, Joaquín Serrano, Mateo Manrubia, Diego Belmonte… E incluso Asensio Sáez, Hijo Predilecto y artista que inmortalizó el nombre de La Unión en la Literatura y que dio a conocer nuestro municipio fuera de nuestras fronteras, siendo jovencísimo trabajó en sus oficinas.
Además de las actividades dirigidas a la minería, de su taller de fundición salieron las estructuras metálicas del Mercado Público y bóvedas del Templo del Rosario, también de algunas viviendas para acaudalados mineros.
El cierre de las minas subterráneas provocado por la explotación “a cielo abierto” (canteras), que se inicia en 1957, hizo que la factoría fuera a menos hasta 1988, año en el que SSMM Peñarroya, que se había hecho dueña de la empresa, abandona las labores mineras y con ellas, la Maquinista.
Tras algunas intentonas de reanudación, desde el año 2000 se convierte en Recinto Ferial al acoger algunos eventos de los que  se organizan durante las Fiestas del Rosario.
Una sirena, conocida por todos como el “pito del Taller”, marcaba la hora de entrada y salida a la factoría, también el ritmo de la vida cotidiana de la Ciudad; sirena que hoy sigue sonando para recordar a los nostálgicos aquella época en la que la Maquinista de Levante fue, sin lugar a dudas, uno de los iconos más emblemáticos de La Unión.
En la calle Murcia se ubicaba, desde finales del siglo XIX, el Taller de  Albaladejo que si bien no llegó a tener la importancia de la Maquinista de Levante, sí suministró maquinaria a los pequeños propietarios mineros y a “los partidarios”. Albaladejo consiguió la Medalla de Plata en el Concurso Internacional de Inventos, celebrado en Madrid de 1907, premio otorgado a una prensa de vino por él inventada. La depresión de 1919, que se produjo tras la 1ª Guerra Mundial, conllevó el cese  de cientos de minas, muchas de ellas abastecidas por esta pequeña factoría, lo que provocó el cierre de la empresa pocos años más tarde.
Al inicio del siglo XX se levantó, cerca de la fundición Roma, el Taller de Maquinaria Pastor Martínez, con un horno de cubilote de 100 cm3 que permaneció hasta la década de 1940.
En los años 30, el Taller de Nicolás Poyato Tortosa, en la C/. Alcalá Zamora, nº 30, consigue hacer la competencia a la Maquinista, aunque sólo en el ámbito local. Se anunciaba poniendo a disposición de los posibles clientes los siguientes servicios: soldadura autógena, instalaciones para riegos, bombas centrífugas horizontales y verticales, motores en aceite pesados, transmisiones para norias y mecánica en general.
   Sala de maquinaria de la Maquinista de Levante. 1925. Sacada de la revista Cartagena Ilustrada.

         Taller de Albaladejo. 1913. Archivo Municipal de La Unión. Foto Carrillo.


              

1 comentario:

  1. Me encantaría tener más información sobre esto, estoy haciendo la tesis precisamente del tema de las chimeneas. Como verás he puesto un link en mi blog de este post.

    bloggracia.wordpress.com

    Me encantaría hacerme con el artículo de La Verdad donde habla del constructor. ¿Serías tan amable de pasármelo? tengo una dirección de correo

    chimeneas.industriales.ladrillo@gmail.com

    Muchas gracias

    ResponderEliminar